sábado, 19 de enero de 2013

Parirás con dolor, parirás con placer o Parir Sin Violencias

Muchas idas y venidas, discusiones, mandatos, experiencias y saberes se ponen en juego cuando hablamos del parto.
De-construimos permanentemente el  mandato bíblico “parirás con dolor” por considerarlo un producto de una sociedad patriarcal que naturaliza que el hecho de parir sea vivido en condiciones hostiles que tenemos que necesariamente soportar porque simplemente “es así”, “siempre fue así”. De hecho se nos dice “cuando tenés a tu hijo en brazos todo el dolor se olvida”.
A partir de muchas experiencias de las mujeres, de mucha conceptualización y caminos recorridos de militancias llegamos a pensar en la posibilidad de que el parto sea un evento vital donde las mujeres tomemos las riendas, decidamos, exijamos y hagamos valer nuestros derechos hasta el punto de transformar en mítico “parirás con dolor” por el por qué no ¿mítico? Y exigente “parirás con placer”.
Para estar  a la altura del pretencioso “parirás con placer”, muchas veces el camino es financiarse el parto-en casa o pagando un plus en las instituciones médicas y se continúa con el autofinanciamiento de licencias prolongadas por maternidad entre otras estrategias.
Muchas veces decidimos transitar el parto rechazando todo tipo de aporte de la medicina que puede ayúdanos a transitar la situación con menos dolor-paradójicamente. O incluso con mayor seguridad y resguardo, evitando riesgos.
Y es aquí donde me lleno de preguntas; ¿es posible parir con placer?, ¿la humanización de la maternidad debería extender sus fronteras a los derechos laborales cuando somos madres?, ¿las instituciones deben tomar la posta?, ¿el Estado que rol tiene?.
Parirás con placer ¿es un nuevo mandato?., ¿y si no estoy a la “altura de las circunstancias”, seré juzgada, sentiré culpa?...
¿Cómo concibe al Dolor la sociedad actual moderna tardía, capitalista y patriarcal?, ¿Cómo concibe a la Muerte-y uso la palabra concebir con doble intención-la sociedad patriarcal, capitalista y moderna tardía?.
El rechazo al dolor es un lugar común en la actualidad.
La negación y el rechazo del dolor, así como la dificultad para asumir que en determinados momentos vitales podemos estar  en una situación de vulnerabilidad, es un obstáculo a la hora de  pensar en estrategias humanas y dignas para transitar el parto y el puerperio en las instituciones.
Asumir la posibilidad de transitar el dolor, la vulnerabilidad y el conflicto, no nos hace menos autónomas y ciudadanas sino todo lo contrario; nos permite pensar estrategias para que el pasaje por esos momentos sea respetado y sin violencias.
Derecho a parir sin violencias, es una propuesta para que las instituciones de salud y los ámbitos laborales, entre otros,  a través de las políticas, asuman la responsabilidad de cuidar, de respetar y garantizar el derecho a transitar con dignidad y humanidad  los momentos vitales que nos toquen se presenten como se presenten: más fáciles, más dificultosos, con temores, con alegrías,  angustias, placeres o displaceres y todo el arcoíris de posibilidades humanas.
No quiero mandatos,  no quiero más“parirás con…” ; sólo quiero humanidad, acompañamiento, contención y respeto para los acontecimientos tal como se presenten.
Parir sin violencias nos permitirá a las mujeres apropiarnos de la experiencia, así como salir del ámbito privado para transitar por el ámbito público como ciudadanas.
¿Y para que tantos resguardos en el parto si a los tres meses-con suerte, si no antes- tengo que volver a trabajar en las condiciones y las exigencias de siempre?.
El mundo laboral requiere ser resignificado, revisado profundamente de acuerdo a las necesidades de las mujeres, de los varones, de la niñez, de las familias en toda su diversidad.
Muchas mujeres y familias se autofinancian la prolongación de las licencias o bien hacen todo tipo de arreglos más o menos informales, si las instituciones lo permiten. Cosa que en general no ocurre.
El derecho al ser cuidadas es un Derecho Humano que debe ser Universal. Y las instituciones tienen que tomar la posta.
Alguna vez las mujeres deberíamos pensarnos como ciudadanas con derecho a ser cuidadas. De-construyendo la equivalencia cuidado=control=tutela que marca a fuego las subjetividades femeninas, y reemplazarlo por Cuidado=Derecho. Mi Derecho, mi dignidad.
Asumir el posible dolor, asumir el posible tránsito por una situación que nos vulnera, no nos hace más débiles; todo lo contrario, nos permite exigir y pensar en la idea de transitar sin violencias por las instituciones en las que nos toque vivir, partir, trabajar, sufrir o morir.
Todo es parte de la vida, la idea es pasarla con dignidad.

Clara A.