Herramientas para la Transversalidad de Género en las Políticas Públicas


Herramientas la Transversalidad de Género en las Políticas Públicas*



Ciudades Seguras con perspectiva de género
Por Clara Attardo

El proyecto Derecho a una Ciudad Segura y Equitativa para las Mujeres se propone garantizar que
las mujeres circulen por las ciudades libres de todo tipo de violencia, fomentando la inclusión y
el intercambio con los diversos grupos sociales que habitan los espacios.
En las ciudades se combinan y articulan fenómenos sociales complejos tanto de orden local,
global, nacional, etc. Son un espacio de encuentro entre diversidades, son escenario donde se
ejercen los derechos, donde se ven menoscabados, donde existen juegos de poder y resistencias
simultáneamente. Las ciudades son espacios de tensión entre diferentes grupos que pugnan
por ser reconocidos.
Las mujeres han impulsado en Latinoamérica procesos de urbanización “no solamente con
la presencia demográfica, sino a través de su participación constante como eficaces gestoras sociales
de las necesidades y demandas colectivas, y como productoras del espacio habitable”. (1)
En esta dinámica nos encontramos con diferencias en el acceso a las ciudades por parte de
los diversos grupos sociales, donde la igualdad formal no se plasma en igualdad real en términos
de derechos.
Es central visibilizar que las ciudades no son espacios neutros, en ellas se dan interjuegos de
desigualdades, exclusiones y violencias. Las ciudades están atravesadas por inequidades de
género. No han sido construidas de acuerdo a las necesidades de las mujeres, ya que tradicionalmente
no se concebía a las mismas como sujetas con derecho a las ciudades.
Estas desigualdades de género se encarnan en la distribución espacial de las ciudades donde
hay espacios diferentes habilitados y legitimados para varones y/ o para mujeres. Existen también
diferencias en el uso del tiempo en las ciudades por parte de los géneros, diferentes espacios
de circulación, etc. En términos reales, las mujeres tienen menos acceso al despliegue espacial
y temporal que los varones en las ciudades.
Asimismo, las ciudades traducen, en sus distribuciones espaciales, las desigualdades y fragmentaciones
sociales que son efecto del capitalismo tardío. Se puede observar en la presencia
de espacios cerrados, privados, inaccesibles más la concomitante degradación del espacio público
expresada en las condiciones medioambientales (presencia de basurales, tala de árboles,
contaminación de las aguas, etc.). Las urbes parecen haberse dividido en compartimientos
estancos o “guetos” exclusivos y excluyentes, generando accesos desiguales y potenciando la
conflictividad social.
Las ciudades son creadas por las interrelaciones de las personas que las habitan. Pensar en
las ciudades es pensar en los sujetos, los discursos, los imaginarios sociales, las relaciones de
poder, etc. que la construyen.
Por lo tanto, desde una perspectiva de Género, es fundamental tomar estas concepciones dinámicas
para pensar en las ciudades seguras y equitativas para las mujeres.
Que las mujeres no puedan acceder y disfrutar del espacio público de igual forma que los
varones es un tipo de violencia de género invisibilizada en nuestras sociedades. Este tipo de violencia
lleva a que las mujeres se refugien en el espacio privado, y es justamente el ámbito familiar
donde se agudizan las violencias hacia las mujeres.
Repensando el concepto de Seguridad
Actualmente, en las complejas realidades latinoamericanas, estamos debatiendo sobre seguridad
a fin de generar estrategias de acción y políticas públicas. El desafío es construir un concepto
de seguridad del que devengan prácticas que generen ciudadanía vinculada al ejercicio de
las libertades y no a su restricción.
Según la especialista en género, Virginia Vargas, la seguridad tradicionalmente ha sido entendida
como defensa del orden Estatal. Con el desarrollo del orden económico neoliberal se ha
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deslizado hacia una concepción de protección de la propiedad privada, privatizando las funciones
de seguridad y homologando políticas criminales a políticas de seguridad. De esta manera,
se vuelven legítimas diferentes formas de exclusión y expulsión social a diversos grupos, que
por sus condiciones sociales, raciales y étnicas se tornan potencialmente peligrosos.
Las condiciones de vida inequitativas, la exclusión social, la falta de distribución de la riqueza,
el deterioro del medioambiente, entre otros factores, crean condiciones de inseguridad e incertidumbre,
que sumadas al contexto global actual generan angustia en los sujetos en sus vidas
cotidianas. Inseguridad es por ende irreductible a criminalidad.
Por otra parte, las problemáticas de seguridad/inseguridad operan como construcciones
imaginarias sociales que se reproducen en las prácticas y se encarnan en las subjetividades alimentando
el miedo, la incertidumbre y, por sobre todo, la desconfianza en el prójimo, potenciando
la fragmentación social.
En los últimos años no es menor la incidencia de los medios masivos de comunicación en la
construcción de este imaginario que refuerza el temor frente al espacio público. También construyen
estos imaginarios las fuerzas sociales y políticas conservadoras que colocan la inseguridad en
determinados sectores sociales (de acuerdo a su procedencia, raza, etnia, etc.). Otro factor importante
a destacar es que la seguridad privada se ha convertido en un gran negocio en la actualidad.
Es importante interrogar estas concepciones desde una perspectiva de Derechos Humanos
para lo cual la noción de seguridad humana, en contraposición a la de seguridad policial, puede
ser una herramienta interesante.
Desde una perspectiva de Derechos Humanos, la lucha contra la inseguridad es una tarea
por el logro de mayores grados de justicia que acaben con la fragilidad que viven los sujetos
sociales. Estamos hablando de seguridad humana, refiriendo a que todas las personas tengan derecho
a ejercer su libertad en igualdad de condiciones y acceso a bienes sociales.
En esta línea de pensamiento, incluimos los intereses ciudadanos que serán satisfechos en
la medida en que la institucionalidad estatal pueda, por medio de las políticas públicas, intervenir
en contrarrestar las inequidades de poder que se expresan en estas situaciones.
En este sentido, estamos en un terreno donde el concepto de seguridad remite a ciudadanía
y democracia, no a criminalidad y represión.
Aquí nos encontramos con el enorme desafío de seguir reflexionando a la luz de los aportes del
feminismo: seguridad ciudadana no es reducible a seguridad en el espacio público. Es necesario
pensar en la seguridad para las mujeres en los diferentes ámbitos en donde ellas circulan, rescatando
los vínculos entre los mismos y sin reducir intervenciones a ninguno de ellos. Es necesario
pensar las rutas de las mujeres que incluyen el hogar, el barrio, la ciudad, el trabajo, los medios de
transporte, las calles, etc. Es fundamental visibilizar los circuitos que construyen las mujeres en
sus vidas cotidianas para crear estrategias de seguridad. Esto no puede realizarse sin reconocer la
violencia de género en el ámbito privado, ya que esto reforzaría el temor de las mujeres al ámbito
público, significado como peligroso, y haría invisible las relaciones de opresión dentro del hogar.
De esta manera, se construye el imaginario social del temor deslizado hacia el afuera, hacia los
desconocidos, cuando la mayoría de mujeres y niños/as, que padecen todo tipo de violencia, incluyendo
la sexual, la viven en el ámbito privado y los perpetradores suelen ser personas conocidas.
Esto se torna imposible de ser visto y altamente conmocionante cuando se recibe violencia
de quien menos se espera y teme.
Derecho a una Ciudad Segura y Equitativa para las Mujeres,
una estrategia para la transversalidad de Género
Transversalidad implica ubicar la dimensión de género en la “corriente principal” del desarrollo.
Es un enfoque político cuyo objetivo es la integración de las mujeres en el eje principal del
desarrollo, reconociendo la necesidad de influir en todas las metodologías, análisis, políticas y
planificación desde una perspectiva de género. El objetivo inmediato es la mejora de la posición
social, política y económica de las mujeres, a través de las acciones del Estado, de la Cooperación
y de los otros actores sociales, es decir, no sólo en las iniciativas “marginales” sino en las “principales”,
en el nivel de las políticas, planes, programas y proyectos, en todos los sectores en los
presupuestos más significativos.
La transversalidad o mainstreaming de género implica incorporar los aspectos de género en
las agendas, en la toma de decisiones y una mayor participación en condiciones de igualdad y
equidad de mujeres y hombres en la conformación de las políticas y la dirección del desarrollo.
Pero la integración de la equidad de género en la “corriente principal” requiere de estrategias y
programas específicos, de una agenda institucional que la promueva y de recursos concretos y
procesos de reformas amplios que son necesarios incorporar progresivamente en los diversos
espacios institucionales.
“El objetivo de estos esfuerzos es aumentar su capacidad de crear las condiciones para que
mujeres y hombres por igual, de toda condición social, puedan realizarse y sentirse seguros/as.
Construir sociedades donde mujeres y hombres, libres de la necesidad y el miedo, puedan realizar
plenamente su potencial humano y participar, en pie de igualdad, en el desarrollo de la sociedad,
compartiendo sus riquezas y beneficios sobre la base de la paridad.” (3)
La aplicación de la perspectiva de género en las políticas públicas que persiguen el logro de
la equidad exige una postura crítica de las realidades que tocan o expresan la situación y posición
de las mujeres y los hombres, en el propósito de descubrir si tales condiciones están determinadas
por pertenecer a uno u otro sexo. Se trata del revelamiento de la existencia abierta o
invisibilizada de la jerarquía y las relaciones de poder entre los géneros. (4)
Es en este sentido que, “Derecho a una Ciudad Segura y Equitativa para las Mujeres” pretende
monitorear la transversalidad de género en las políticas públicas que conllevan la planificación
y gestión de las ciudades. Buscando una mayor autonomía y libertad de las mujeres en el uso y
la apropiación de los espacios públicos.
Notas
1. Massolo, A. «Análisis y propuestas para la acción de los gobiernos locales en la seguridad de las mujeres en
las ciudades», en Ciudades para convivir, p.138.
2. El monitoreo implica recoger la información necesaria para decidir en el momento oportuno la orientación
de un programa o proyecto. Esta información también permite constituir una base de datos para el
análisis, la discusión, la evaluación y el establecimiento de informes.
Como tema transversal, el género debe ser integrado en todos los sistemas de monitoreo. Esta integración
proporciona datos sobre la contribución y participación de las mujeres y de los hombres en la reali-
Esta construcción social de la inseguridad reducida al espacio público, concebido como peligroso,
genera mecanismos de expulsión de las mujeres de este espacio, debilitando sus redes
sociales, cortando la posibilidad de lucha por espacios políticos de reconocimiento y de habitar
las ciudades con libertad.
Es interesante también ver el efecto que este imaginario social sobre la inseguridad tiene en
los varones.
Existen estadísticas situadas en Brasilia (Zanotta, 2008) que muestran que el 90% de los
homicidios perpetrados en las calles son de varones jóvenes hacia varones jóvenes. Incrementando
las muertes, por causas externas, en Brasil.
El carácter temerario que se imprime en la construcción tradicional de las subjetividades masculinas
tiende a negar el temor, a no reconocerlo y a incrementar las situaciones de riesgo.
El tema de la seguridad en las ciudades nos enfrenta a pensar como aún persisten formas de
padecimiento y ejercicio de las violencias que siguen patrones de género tradicionales y que
estos a su vez se retroalimentan (Zanotta, 2008) con las nuevas violencias emergentes de las
condiciones históricas, sociales, económicas y tecnológicas actuales.
En un contexto donde crece la trata de personas, así como la violencia de género en sus distintas
expresiones, se agudizan las desigualdades, el racismo y la exclusión social. Esto se traduce
en el recrudecimiento de las formas de violencia hacia las mujeres.
El Proyecto
A través del proyecto Derecho a una Ciudad Segura y Equitativa para las Mujeres se intenta visibilizar
en qué medida -cuando se planifican y ejecutan políticas públicas tendientes a la seguridad,
a la creación de espacios públicos y al acceso a la ciudad- se tienen en cuenta las maneras particulares
en que viven mujeres y varones los espacios, cómo son las experiencias respecto de la
seguridad, etc.
Con este fin se realizó un diagnóstico y un monitoreo de la transversalidad de género en la
planificación y ejecución de las políticas públicas municipales tendientes a promover una ciudad
segura y equitativa para las mujeres (2).
A partir de los resultados obtenidos, se llevaron a cabo al interior de los diferentes estados
locales socios, capacitaciones con funcionarios y funcionarias sobre la importancia de la perspectiva
de género en la planificación y la ejecución de las políticas públicas locales. A la vez que
se abrieron espacios de consulta a mujeres y varones de la comunidad respecto al tema de seguridad
y acceso a la ciudad.
De esta experiencia participaron el Municipio de Morón, como entidad Coordinadora. La Alcaldía
Mayor de Bogotá, Colombia; la Prefeitura de Diadema, Brasil; la Municipalidad de Escazú,
Costa Rica; el Ayuntamiento de Sant Boi de Llobregat, Barcelona, España; y el Centro de Comunicación
e Investigación aplicada “Mujer y Sociedad” Lima, Perú.
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5. Escala de mediación sobre tendencias
de incorporación de la transversalidad
de género en Políticas Públicas
Por Ana Isabel Arenas Saavedra
Economista y responsable de la metodología del Proyecto
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zación de los objetivos y los efectos de un programa o proyecto, aportando información sobre las relaciones
y disparidades de género.
Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE). División Gobernabilidad/Unidad de Género
2005, Berna, Suiza.
3. Marco de aplicación de la estrategia de integración de la perspectiva de género en todas las actividades de
la UNESCO, 2002-2007.
4. La equidad de género implica la posibilidad de tratamiento diferencial para corregir desigualdades de partida;
medidas no necesariamente iguales, pero conducentes a la igualdad en términos de derechos, beneficios,
obligaciones y oportunidades.
Guía para la transeversalización de género en el PNUD Chile, Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo/
Chile, Santiago de Chile. Equipo de trabajo: Teresa Valdez Echenique (coord., Claudia Dides Castillo,
Heidi Fritz Horzella y Rocío Ferrada Hurtado.
Bibliografía
Borja J. (2007): “La ciudad y la nueva ciudadanía”.
En www.ciudadpolitica.com/modules/news/article.php?storyd=769.
Durand M. A (2008): “La ciudad compartida”. UNIFEM.
Informe sobre el Desarrollo Humano. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). 1994.
Massolo, A. (2008): “Políticas publicas locales de equidad de género. Una innovación de la gestión municipal”.
Unidad Nº4, “Democracia/s, ciudadanía y Estado en América Latina en el siglo XXI: Análisis de género de
los caminos recorridos desde la década del ´80 y futuros posibles” Prigepp-Flacso. Buenos Aires.
— “Análisis y propuestas para la acción de los gobiernos locales en la seguridad de las mujeres en las ciudades”,
en Ciudades para convivir, p.138
Prigepp-Flacso. Buenos Aires.
Vargas, V. (2002): “Globalización, Feminismo y construcción de las ciudadanías”. Unidad Nº2, “Democracia/s, ciudadanía
y Estado en América Latina en el siglo XXI: Análisis de género de los caminos recorridos desde la
década del ´80 y futuros posibles”
Prigepp-Flacso. Buenos Aires.
— (2002): “Feministas en el Foro”. Unidad Nº4, “Democracia/s, ciudadanía y Estado en América Latina en el
siglo XXI: Análisis de género de los caminos recorridos desde la década del ´80 y futuros posibles”
Prigepp-Flacso. Buenos Aires.
— (2007-2008): “Reflexiones a partir de un proceso de debate”. Programa Regional Ciudades sin Violencia, Ciudades
Seguras para tod@s. Unifem
Zanotta, L. (2008): Ponencia en Seminario Internacional del Programa Regional Ciudades sin Violencia, Ciudades
Seguras para tod@s. UNIFEM. Buenos Aires Julio 2008

Se reconocen importantes avances y desarrollos en relación con los aportes teóricos y propuestas
metodológicas para incorporar el enfoque de género en diverso tipo de iniciativas, sea planes,
programas, proyectos, legislación, presupuestos, sistemas de información, entre otros.
Más limitado aún es el registro, sistematización y difusión de experiencias operativas sobre
el monitoreo y evaluación del proceso de transversalización del enfoque de género en las iniciativas
gubernamentales.



¿Qué es una política pública?
Entre diferentes definiciones, en el presente manual se optó por aquella que pone el acento en
las relaciones que establecen el Estado y la sociedad en el proceso de gestación, toma de decisiones,
planificación, ejecución y evaluación de políticas públicas. En esta línea de pensamiento,
las políticas públicas van más allá de comprender los mecanismos de toma de decisiones de
las autoridades en el ámbito estatal, ya que estas políticas son el resultado de procesos sociales
que se inician en distintos espacios de la sociedad, donde se construyen y definen los problemas
que se consideran objeto de estas intervenciones. En el análisis de una política pública se plantea
el interrogante, entonces, respecto de las relaciones entre el Estado y la sociedad, así como el
funcionamiento de la democracia y la participación de los sujetos en la definición de los problemas
públicos y en el diseño de estrategias políticas de intervención.
Fortalecer la democracia desde el Estado implica construir políticas públicas que respondan
a las demandas de distintos grupos de la sociedad y sean capaces de dar seguridad y bienestar a
la población. Por otra parte, implica crear canales de participación para asegurar que los/as
diversos/as integrantes de la sociedad puedan expresar sus intereses y necesidades para que
sean procesados por el sistema político.
Fuente: «Gobernabilidad democrática e igualdad de género en América Latina y el Caribe»”,
Sonia Montaño Virreira, jefa Unidad Mujer y Desarrollo. Naciones Unidas, Cepal LC/L.2726.
Abril de 2007.
¿Qué es género?
Género es el conjunto de características que construye la cultura sobre la diferencia biológica de
los cuerpos (el sexo). En consecuencia, se le agregan y atribuyen funciones, roles, significados y
para hacer de las preocupaciones y experiencias de hombres y mujeres una dimensión integral
del diseño, la implementación, el monitoreo y la evaluación de las políticas y programas en todas
las esferas -política, económica y social-. De manera que hombres y mujeres se beneficien igualmente
y las desigualdades no se mantengan. Se considera como una responsabilidad de todos los
miembros de la institución. La Transversalización de Género es un proceso político y, a la vez,
técnico, que tiene como objetivo que todas las actividades que se implementen contribuyan a cerrar
las brechas de desarrollo humano que persisten entre hombres y mujeres.
Fuente de los conceptos antes mencionados: Guía para la transversalización de género en
el PNUD Chile, Santiago, mayo 2006.
PNUD Chile Programa de Naciones Unidad para el Desarrollo ISBN Santiago de Chile, 2006
Elaborado por: Área de Estudios de Género, FLACSO-Chile. Equipo de trabajo: Teresa Valdés
Echenique (coord.) Claudia Dides Castillo Heidi Fritz Horzella Rocío Ferrada Hurtado.
¿Qué es la violencia de género?
Cualquier tipo de violencia, ya sea verbal, psicológica, física o sexual que se ejerce contra una
persona en razón de su género y/o identidad sexual.
Dentro de este concepto se contiene el de violencia contra la mujer el cual se define a su vez
como todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener
como resultado un daño o sufrimientofísico, sexual o psicológico para la mujer, tanto en el
ámbito público como en el privado. La violencia de género adquiere muy diferentes naturalezas
y matices, pudiéndose clasificar en violencia doméstica o familiar (la provocada principalmente
por varones que están dentro del ámbito familiar), violencia sexual, violencia patrimonial (acción
u omisión que implique un daño, pérdida, sustracción, destrucción o retención en los objetos,
documentos personales, bienes o valores de una persona y/o la denegación de recursos económicos
o materiales), violencia psicológica (o violencia emocional: las amenazas, el hostigamiento,
el aislamiento de amigos y familiares, dificultar el acceso a la educación, degradación, humillación
en privado o en público...).
Fuente: Glosario de términos relacionados con la transversalidad de género. Proyecto EQUAL
“En clave de culturas” Elabora y Edita: Secretaría Técnica del Proyecto Equal “En Clave de
Culturas”. Año: 2007.

¿Qué es el enfoque de género?
Es una herramienta de trabajo, una categoría de análisis que permite identificar los diferentes
papeles y tareas que desarrollan hombres y mujeres en una sociedad, comunidad, proyecto, oficina,
etc; así como también, las asimetrías, las relaciones de poder y las inequidades. Dicho
enfoque ayuda a reconocer las causas que las producen y a formular mecanismos para superar
estas brechas, ya que ubica la problemática no en las mujeres o en los hombres, sino en las relaciones
socialmente construidas sobre el poder y la exclusión. Contribuye también a explicar y
ampliar aspectos de la realidad que antes no habían sido tomados en cuenta, y es aplicable a todos
los ámbitos de la vida: laboral, educativo, personal, la construcción de las ciudades, etc. También
es una opción política porque nos enfrenta al reconocimiento de que la realidad es vivida de manera
diferente por hombres y mujeres, y nos compromete con la transformación de las inequidades.
Para desarrollar un análisis de género toda la información requiere ser desagregada por sexos
para medir los impactos diferenciales sobre mujeres y varones. (UNDP, 2001b).
¿Qué es la discriminación de género?
Apunta a toda distinción, exclusión o restricción basada en el sexo. Se presenta principalmente hacia
el género femenino y se expresa en un acceso desigual a los recursos y oportunidades, en la violencia,
la falta de servicios, la escasa representación de las mujeres en la política y los negocios, y en
las inequidades de poder que caracterizan las relaciones institucionales e interpersonales entre hombres
y mujeres. Es evidente que estas desigualdades impiden el desarrollo de los talentos, energías
y aspiraciones de mujeres y varones para un pleno desarrollo humano. (UN, 1979 CEDAW).
¿Es lo mismo la Igualdad de género que la Equidad de Género?
La igualdad de género supone que los diferentes comportamientos, aspiraciones y necesidades
de las mujeres y los hombres se consideren, valoren y promuevan de igual manera. Ello no significa
que deban convertirse en iguales, sino que sus derechos, responsabilidades y oportunidades
no dependan de si han nacido varones o mujeres.
La igualdad de género implica la idea de que todos los seres humanos, hombres y mujeres,
son libres para desarrollar sus capacidades personales
y para tomar decisiones. El medio para lograr la igualdad es la equidad de género, entendida
como la justicia en el tratamiento a mujeres y hombres de acuerdo a sus respectivas necesidades.
La equidad de género implica la posibilidad de tratamiento diferencial para corregir desigualdades
de partida; medidas no necesariamente iguales, pero conducentes a la igualdad en
términos de derechos, beneficios, obligaciones y oportunidades.
¿Qué es la Transversalidad de Género?
Es el proceso para asegurar que mujeres y hombres tengan igual acceso y control sobre los recursos,
los beneficios del desarrollo y la toma de decisiones en todas las etapas del proceso de desarrollo
y en los proyectos, programas y políticas. La transversalización de género es una estrategia
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beneficiaria y las contrapartes deben participar plenamente en el monitoreo.
Fuente: Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE). División Gobernabilidad/
Unidad de Género 2005, Berna, Suiza. Textos cuadernillo:Layout 1 4/26/10 9:35 PM Page 17.
¿Hay diferentes formas de pensar el concepto de Seguridad?
Una ciudad segura es una ciudad donde las personas pueden ejercer libremente sus derechos.
Cuando utilizamos el término “seguridad” hacemos referencia al concepto de “seguridad humana”
planteado por la Organización de las Naciones Unidas. Dicho concepto, a diferencia de la
tradicional unidirecionalidad entre seguridad y criminología, es multidimensional e incluye en
su definición otras variables como el acceso a la vivienda, al trabajo, la libertad, etc. Asimismo,
se aplica tanto en el espacio público como en el privado.
¿Cómo podemos pensar una ciudad segura y equitativa para las mujeres?
Es necesario considerar la seguridad para las mujeres en los diferentes ámbitos en donde ellas
circulan cotidianamente. Para esto es importante pensar en los recorridos de las mujeres que incluyen
el hogar, el barrio, la ciudad, el trabajo, los medios de transporte, las calles, etc. Es fundamental
visibilizar los circuitos que construyen las mujeres en sus vidas cotidianas para crear estrategias
de seguridad ciudadana. Para trabajar sobre el tema de la seguridad de las mujeres en las ciudades
es fundamental visibilizar también, cómo se manifiesta la violencia vivida al interior del hogar.
La seguridad para las mujeres concebida exclusivamente desde el ámbito público urbano (la violencia
que se vive en las calles, por ejemplo) tiende a invisibilizar la violencia que ellas viven al
interior de sus familias, efecto de las inequidades de poder que allí también existen.
Negar la violencia privada, pensando el ámbito doméstico como lugar necesariamente seguro
y protector, vulnera a las mujeres. Por esto es necesario dar cuenta de que el hogar es el lugar
donde las mujeres viven los mayores grados de violencia en todas sus formas (sexual, física, psicológica,
económica, etc.). La construcción social de la inseguridad reducida al espacio público -
es decir, al barrio y a la ciudad, concebidos como peligrosos- genera mecanismos de expulsión
de las mujeres de estos lugares, debilitando sus redes sociales, cortando la posibilidad de lucha
por espacios políticos de reconocimiento y de habitar las ciudades con libertad. Una ciudad
segura y equitativa para las mujeres es una ciudad que garantiza libertad para el goce de los
derechos, promueve la autonomía y la toma de decisiones.
¿Qué es el monitoreo de la transversalidad de género?
El seguimiento o monitoreo es el arte de recoger, con un mínimo de esfuerzos, la información
necesaria para decidir en el momento oportuno la orientación de una política, programa/proyecto.
Esta información también constituye una base de datos indispensable para el análisis, la
discusión, la (auto)evaluación y el establecimiento de informes. El monitoreo es un proceso regular
y sistemático integrado en la gestión del ciclo de programas/ proyectos. Se distingue de la
evaluación porque su objetivo es verificar si los programas van por el buen camino y si lo siguen
correctamente. Como tema transversal, el género debe ser integrado en todos los sistemas de
monitoreo. Esta integración nos permite mantener el contacto con la realidad sobre el terreno y
nos proporciona datos cualitativos y cuantitativos sobre: la contribución y participación de las
mujeres y de los hombres en la realización de los objetivos; y los efectos del programa en las
relaciones y disparidades de género. Un sistema de monitoreo también puede focalizar su atención
en la evolución de la equidad entre hombres y mujeres en el seno de un programa/proyecto
(monitoreo de género).
*Fuente: Manual de Herramientas para la Transversalidad de Género en las políticas públicas. Municipio de Morón 2010

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